QUEVEDO LOCALES
Además de los comerciantes, distintos ciudadanos coinciden en que las extorsiones se han multiplicado y ahora alcanzan también a barrios y ciudadelas.DANIEL VITE

Quevedo: extorsiones asfixian el centro y siembran zozobra

Comerciantes, en su mayoría, prefieren no denunciar porque aseguran no tener garantías. Exigen que se redoble la vigilancia

En el corazón comercial de Quevedo, la creciente ola de inseguridad mantiene en vilo a decenas de comerciantes que, a diario, luchan no solo por mantener sus negocios a flote, sino también por proteger sus vidas.

Las extorsiones, conocidas popularmente como vacunas, se han convertido en una amenaza constante que golpea con fuerza la economía local y genera zozobra en el casco comercial.

Dueños de tiendas, almacenes, ferreterías y pequeños locales de comida temen denunciar que han sido víctimas de grupos delictivos que exigen pagos semanales o mensuales a cambio de una supuesta “protección”.

Quienes se niegan o no pueden pagar enfrentan amenazas, atentados y actos de violencia que van desde disparos contra sus locales hasta mensajes intimidantes a través de panfletos.

Muchos prefieren guardar silencio por miedo a represalias, mientras que otros han optado por cerrar sus negocios o mudarse a zonas menos peligrosas.

Comerciantes se pronuncian ante la problemática

Emilio J., propietario de un negocio en el centro de la ciudad, decidió romper el silencio. Detalló que todo comenzó cuando recibió más de 20 llamadas y un centenar de mensajes de WhatsApp. Por la insistencia, contestó, y desde entonces todo cambió: empezaron a exigirle pagos quincenales, sin margen para negociar.

“Les expliqué que no tenía dinero, que apenas cubría mis deudas y luchaba por ganarme el día a día, porque las ventas están muy malas. Pero no me escucharon. Me dejaron un panfleto con una bala y eso me dejó tan nervioso que terminé en el hospital”, relató.

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En el centro de Quevedo, varios comerciantes aseguran haber pasado por lo mismo, aunque no se atreven a presentar denuncias por temor a represalias.

Una vendedora del casco comercial, entre lágrimas, dijo que los extorsionadores le exigieron tres mil dólares a cambio de “dejarla en paz”. “Solo espero que así sea”, expresó, sin confirmar si realizó el pago.

La situación ha generado un clima de miedo e impotencia. Algunos comerciantes sostienen que, pese a las denuncias, la respuesta de las autoridades ha sido lenta o ineficaz. Aunque se han realizado operativos y detenciones esporádicas, los delitos persisten e incluso se agravan.

Esta realidad no solo compromete la seguridad de los comerciantes, sino también la confianza de los consumidores y la estabilidad económica de la ciudad.

Reacción de la Policía

El jefe de la Policía de la subzona Los Ríos, Washington Chuga, ha sido enfático en señalar que todos estos actos deben ser denunciados para que la institución pueda actuar con firmeza. Aseguró que se mantienen las diligencias investigativas y que se han desarticulado varias bandas delictivas que operaban en Quevedo.

Por su parte, el alcalde de Quevedo, Alexis Matute, informó que se han mantenido reuniones con funcionarios del ECU 911 para establecer acciones que fortalezcan la seguridad. También anunció la instalación de un nuevo centro de monitoreo en el Shopping Center, que contará con 26 cámaras de videovigilancia.

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