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Uno para todos y todos para uno

Avatar del Byron López

"Como los tres mosqueteros, así debemos actuar: “uno para todos y todos para uno""

El Ecuador enfrenta una guerra contra el crimen organizado, el terrorismo, el narcotráfico y la corrupción. Esto es innegable. Difíciles momentos son los que nos ha tocado vivir . Pero debemos comprender que sirven de prueba para demostrar que nuestro país, por ventura, tiene virtualidades que lo hacen distinto a muchos de la región.

Si las cosas se han agravado se debe a la desastrosa conducción de los destinos nacionales por parte del gobierno de la década robada. La herencia que este desgobierno dejó es muy grave, pero nada se saca con llorar y lamentarnos. Así como tampoco hay que esperar que el gobierno actual en los pocos meses de su gestión los pueda solucionar de golpe y porrazo.

Todos los problemas de un Estado encuentran soluciones a corto, mediano o largo plazo cuando hay entendimiento coherente, objetivo y pragmático entre todos los sectores de la sociedad, que tienen bien claro que su supervivencia o su fracaso depende de ellos, en gran parte. Por eso es necesario que frente a la grave crisis que vivimos haya un entendimiento entre el Estado y las organizaciones sociales para construir una política de Estado libre de ideologías fundamentalistas que a nada conducen.

Solo la unidad férrea de todos podrá conducir a mitigar la desesperación y la angustia de la ciudadanía, que espera se encuentren soluciones realistas. No faltarán, por cierto los agoreros.

Si pensamos en el futuro del país no hay otra alternativa que la de enfrentar con decisión y con valentía estos graves problemas que hoy vivimos . Nada de inmediatismos.

Como los tres mosqueteros, así debemos actuar: “uno para todos y todos para uno”. Policía, Fuerzas Armadas, Legislatura, función Judicial, sectores privados y gremiales, sectores populares, estudiantes, unidos para acorralar a los enemigos comunes hasta derrotarlos.

El crimen organizado no doblegó a las sociedades. Momentáneamente las asustó, pero terminó derrotado. Con acciones y soluciones pragmáticas podemos dar la seguridad que el Ecuador demanda a gritos.