Urge atención a la salud mental

Las autoridades deben prestar más atención a quienes tienen problemas de salud mental, pues es una realidad que va en aumento y que afecta a un considerable sector de la población

Tan fuerte como ha sido el grito para exigir más medicinas en los hospitales del país debería ser el que demande al Ministerio de Salud Pública y a las autoridades locales más espacios para el cuidado de la salud mental. Solo el Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia y otras pocas fundaciones privadas ofrecen atención en Guayaquil para un importante sector de la población, proveniente de los diferentes estratos socioeconómicos, que presenta trastornos psicológicos o emocionales. A ello se suma el prejuicio de que acudir a un psicólogo, psicoanalista o psiquiatra es sinónimo de estar loco, por lo que habría que partir de borrar ese estigma profundamente arraigado en el imaginario colectivo.

En el tema de tratamiento de casos de drogadicción, satisfacen la creciente demanda centros clandestinos semejantes a pequeños campos de concentración, que poco ayudan a jóvenes y adultos consumidores a lograr una rehabilitación efectiva.

Las autoridades estatales deben prestar atención a esta realidad. Es impostergable sembrar el país de centros de atención de calidad para los males mentales y emocionales, así como para la dependencia de estupefacientes, por lo que debe incorporarse a la agenda oficial, poniendo al alcance de todos y con sentido de urgencia, atención de calidad.