Turismo sin rumbo

Sin duda, esta no es una responsabilidad exclusiva del poder central, sino también de los gobiernos locales, que han visto en aisladas iniciativas gastronómicas una salida a la ausencia de atractivos.

El turismo, uno de los sectores más castigados por la pandemia del coronavirus, está entre las asignaturas pendientes del Gobierno y permanece relegado ante la falta de un proyecto integrador para impulsarlo. Las grandes ciudades sufrieron las consecuencias de cuestionables decisiones políticas, eliminando centros de diversión que generaban ingentes recursos a los municipios. Los visitantes cuentan con escasas ofertas para recorrer: Galápagos, la Amazonía y otras opciones patrimoniales que no han sido explotadas lo suficiente como para generar ganancias. Los demás atractivos carecen de una difusión articulada que permita proyectarlos internacionalmente. Esta es una señal inequívoca de que el sector debe ser administrado por expertos en la materia, sin ninguna influencia partidista que trastoque a su conveniencia el proyecto nacional. Porque las ventajas reales de llegar al Ecuador son mínimas, considerando además los limitados horarios de recreación nocturna, las exageradas tarifas de servicios, los problemas de parqueo y movilidad y los alarmantes índices de inseguridad. Sin duda, esta no es una responsabilidad exclusiva del poder central, sino también de los gobiernos locales, que han visto en aisladas iniciativas gastronómicas una salida a la ausencia de atractivos.