Silencio oprobioso

Confiamos en que renazca el debate y la política no se limite a un reparto de territorios como trofeos de campaña.

Desde hace más de doce años los silencios de la clase política avergüenzan. En el anterior gobierno se multó a los medios por publicar glosas emitidas por Contraloría, se recibió la Plataforma Financiera, la cual se inundó a la primera lluvia; las hidroeléctricas nunca pudieron trabajar a toda su potencia; y se dio un largo etcétera de violaciones legales y constitucionales. Salvo excepciones, la mayoría de políticos de oposición guardaron un silencio cómplice y cobarde. Cuando Expreso investigó los negocios del hermano del expresidente Correa, callaron. Tampoco hay ahora ninguna reacción cuando una investigación periodística determina que un municipio o prefectura ha comprado equipos con tecnología obsoleta o inadecuada. Y se llega al paroxismo de la indiferencia cuando tras un terremoto o durante una pandemia desaparecen o se pudren contribuciones particulares, se dan compras con sobreprecio y el irrespeto al ciudadano se convierte en norma.

¿Cuáles son los parámetros para decidir entre una u otra tienda política al votar? No podemos percibir con claridad qué partido cuenta con más miembros honestos, eficientes y comprometidos con el servicio público. Confiamos en que renazca el debate y la política no se limite a un reparto de territorios como trofeos de campaña.