Lo que sea por un voto

Aspirantes a alcaldes, algunos para la reelección, se jactan de pasearse por los sectores populares de sus localidades regalando tanques de gas de uso doméstico, un combustible subsidiado por el Estado’.

Es fácil ser generoso con recursos ajenos. La búsqueda de votos empezó y los candidatos, al parecer, están dispuestos a todo por sumar voluntades, incluso, a hacer florecer su lado filántropo con recursos públicos. Aspirantes a alcaldes, algunos para la reelección, se jactan de pasearse por los sectores populares de sus localidades regalando tanques de gas de uso doméstico, un combustible subsidiado por el Estado. Palabras más, palabras menos, existen aspirantes que, sin el más mínimo rubor, utilizan indiscriminadamente recursos de todos los ecuatorianos para conseguir votos.

Esto a vista de todos. Y como es habitual en este país: todos ven, pero nadie dice nada. Nadie reclama. Nadie denuncia. Ni siquiera los contrincantes electorales de estos candidatos altruistas con recursos ajenos, se sienten algo en desventaja como para censurar esta práctica, por decir lo menos, irregular. Y ni se diga el Consejo Nacional Electoral, que está atado de pies y manos mientras no suene el pitazo inicial de la campaña electoral.

Esta mala costumbre debe erradicarse. El votante no puede seguir viéndola como algo normal, porque si así son en su etapa de candidatos, ¿cómo serán en la de funcionarios?