Riesgo transnacional

Los cuerpos de seguridad de un Estado, cualquiera que este sea, no pueden mostrarse débiles ante las bandas criminales organizadas transnacionales

La decisión del recién posesionado gobierno colombiano, de separar a los policías de las fuerzas militares para anexarlas al Ministerio de Paz que van a crear, debe encender las alarmas en el país por las repercusiones que aquello puede tener en el territorio nacional y en la tranquilidad cotidiana.

El nuevo ministro de Defensa de Colombia ataca a los cuerpos de seguridad de su nación y les pide suavidad en la lucha contra la delincuencia, como si quienes delinquen fuesen ciudadanos marcados por el hambre y la explotación, y no una parte actora de la criminalidad y el tráfico de estupefacientes, que incluso traspasó las fronteras de sus vecinos, entre ellos Ecuador. Colombia debería verse en nuestro espejo. El país sufre hoy las consecuencias de la decisión de un gobierno socialista, que en diez años desintegró los grupos de inteligencia y suavizó el accionar policial, con lo que cedió terreno a las organizaciones criminales que ahora mantienen aterrorizados a los ciudadanos y presos en sus casas.

No se le puede pedir a los policías que se conviertan en pacifistas al estilo del gran líder de la independencia india del siglo XX. Esta es una batalla diaria en la que las vidas, tanto de los ciudadanos como de la fuerza pública están en juego. Y también el futuro del Ecuador.