Editoriales

Reactivación y seguridad

Estos datos evidencian una realidad que puede ser revertida si el aparato productivo logra arrancar y retoma su rol generador de oportunidades para todos.

De las tantas tragedias provocadas por la pandemia del coronavirus, hay una que se agudiza cada vez más en el Ecuador y que amenaza con no dar tregua a la ciudadanía por la falta de oportunidades: La delincuencia. Las calles se han convertido en verdaderos campos de batalla, en especial en horas pico, cuando la ciudadanía sale o regresa a sus casas luego de la jornada laboral, lo cual es aprovechado por los antisociales para actuar. Esto se acentúa con la aún incipiente reactivación económica que viven las ciudades, en las que los negocios no terminan de despegar tras una para obligada de seis meses. Por eso es positivo que las zonas comerciales retomen sus actividades, porque mientras más movimiento exista, menos probabilidades tienen los delincuentes de hacer de las suyas. Además, la fuerza pública también podrá segmentar mejor sus operativos, en base al análisis de territorios más vulnerables e inseguros. Según estadísticas oficiales, los robos a personas han tenido un repunte desde mayo pasado y ocurren a partir de las 05:00 hasta las 23:00, a excepción de los domingos, cuando la actividad delictiva disminuye. Estos datos evidencian una realidad que puede ser revertida si el aparato productivo logra arrancar y retoma su rol generador de oportunidades para todos.