Nos quieren pobres
La precaria situación de Venezuela empuja a sus propios ciudadanos a deambular por el mundo
Es monumental el cinismo de quienes abanderan las premisas del fallido y desgastado socialismo del siglo XXI. Con descaro afirman públicamente que les conviene política y electoralmente mantener a los pobres bajo esa situación porque cuando pasan el umbral hacia la clase media “empiezan a caer en los cantos de sirena de la derecha”. Esto en palabras del expresidente prófugo de la justicia ecuatoriana radicado en Bélgica. Y como este, hay una antología de frases de los más célebres representantes de esta caduca corriente ideológica.
Bajo esta lógica se entiende la precaria situación de Venezuela, cuyo régimen es uno de los exponentes de esta corriente que empuja a sus propios ciudadanos a deambular por el mundo por las faltas de oportunidades en su país. En otras palabras, la pobreza es una forma de subyugar. Pero de ninguna manera la carencia puede convertirse en cadenas que opriman el pensamiento propio y la crítica.
Es decisión de cada uno, independientemente de su clase social, de los bienes que tenga o de los ceros en su cuenta de ahorros, someterse o no a los preceptos ideológicos y políticos que se consideren erróneos o que no comulguen con nuestros valores. La pobreza hay que combatirla, pero sobre todo la pobreza intelectual.