Premium

Claudia Tobar Cordovez | Cuando la pertenencia salva vidas

Avatar del Claudia Tobar Cordovez

Un joven que se siente parte de algo valioso no busca pertenecer a aquello que lo destruye

El sentido de pertenencia es para los seres humanos una necesidad profunda. Es una fuerza tan importante que nos impulsa a afiliarnos a grupos u organizaciones con tal de satisfacerla. Abraham Maslow, autor de la teoría de la pirámide de necesidades, explica que después de cubrir las necesidades básicas de alimentación y seguridad el ser humano busca pertenecer. ¿Qué es la pertenencia? Es la sensación de sentirse parte de algo más grande que uno mismo, de sentirse aceptado, querido y reconocido como miembro de un grupo. Ese grupo puede ser una familia, un aula, un equipo o cualquier organización.

Para los jóvenes entre once y dieciocho años la pertenencia adquiere un peso especial. Forma parte central de la construcción de su identidad, su autoestima y su autoconcepto. Ellos se validan según la manera en que son aceptados por otros. Si un joven no siente una conexión real con su familia buscará esa afiliación en otro lugar. Los amigos suelen convertirse en su principal referencia de pertenencia pero esta pertenencia está en riesgo constante porque a diferencia de la familia no es un amor incondicional.

Aunque no existe una fuente oficial se estima que más de tres mil niños y adolescentes son reclutados cada año por mafias o pandillas en nuestro país. Los más vulnerables son quienes tienen esta necesidad insatisfecha. Prefieren sentirse reconocidos apreciados y valorados incluso por la mafia antes que vivir con el vacío de no pertenecer a ningún lugar. En este contexto, los programas deportivos se convierten en un antídoto poderoso. Los equipos y concentraciones deportivas ofrecen estructura, comunidad y propósito, y pueden responder a esta necesidad de pertenencia evitando que miles de jóvenes caigan en las garras de las mafias.

El verdadero antídoto es la pertenencia con propósito. Un joven que se siente parte de algo valioso no busca pertenecer a aquello que lo destruye. Más programas sociales combinados con una presencia familiar activa pueden ser la mejor receta para alejar a nuestros jóvenes de un futuro desalentador.