Contra la posverdad

En tiempo electoral es clave rehuirle a la posverdad política y a todo aquello que apele a la emoción de lograr un cambio

En este contexto, ya preelectoral, se vuelve urgente, por la importancia del tema y los pocos meses que restan, reflexionar sobre el voto que llevará a un nuevo representante a Carondelet. El riesgo a fallar es alto, pues los movimientos políticos tradicionales, como el correísmo, han vuelto a desvelar su hambre voraz por el poder, aunque la ausencia de obras y la corrupción sean su carta de presentación.

En tiempo electoral es clave rehuirle a la posverdad política y a todo aquello que apele a la emoción de lograr un cambio y que obnubile el raciocinio para frenar a políticos incompetentes. El expresidente Jamil Mahuad podrá exhibir la paz con el Perú y la dolarización como sus mayores logros y, Lenín Moreno, jactarse de haber capado la reelección indefinida y una amañada Ley de Comunicación, pero, ¿qué méritos puede exhibir el correísmo para regresar al poder? Sin haber contado con el financiamiento para hacer una refinería se dio inicio al proyecto y simplemente se aplanó un terreno, en el cual hoy no existe nada. Ni qué hablar de su obra ‘insignia’: las carreteras, que hoy se caen a pedazos, cuando lo mínimo que debían durar era 30 años. Las Escuelas del Milenio y Yachay tampoco fueron lo prometido.

Para la ciudadanía es tiempo de reflexionar, de ver la realidad con objetividad y convencernos de la enorme responsabilidad de sacar al país de su estancamiento.