¿Pérdida de la sensibilidad humana?
La frecuencia de los actos criminales no debe generar que los asumamos como normales y dejen de impulsarnos a controlarlos’.
No es grato reincidir en aspectos negativos de la vida nacional, pero, por evitar hacerlo, no puede un medio de comunicación que quiere contribuir al desarrollo en libertad y progreso, dejar de reseñarlos. Obviamente, aunque en ocasiones no se lo visualiza, todos los hechos indeseables no son responsabilidad exclusiva del Gobierno o de las autoridades, los ciudadanos, por acción o por omisión, también cumplen un importante rol.
Ahora, para aludir a una situación anómala creciente, es llamativa la indiferencia mostrada frente al asesinato de personas. Lo primero que se les ocurre a quienes están cerca de la víctima es empezar a filmarla, sin pensar antes en auxiliarla, si es posible, o tener un gesto solidario con sus familiares. Si ya es grave la ola delincuencial que nos cubre, más lamentable sería que nos deshumanice, al punto de perder las nobles expresiones de sensibilidad humana, asumiendo como normal lo que es absolutamente ajeno a lo que se espera debe garantizar el Estado: un mínimo de convivencia civilizada.
Por otra parte, es notable como la influencia del miedo empieza a confinarnos en los hogares. Sería lamentable que le cedamos el espacio público a los delincuentes. Un esfuerzo coordinado del Gobierno y de los ciudadanos debe recuperarlo para todos.