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Es obligación, no oferta

"Alcantarillado, aceras, escuelas, hospitales, red eléctrica, acceso a internet en las zonas rurales... Las promesas de campaña son engañosas. Construir todo eso es obligación de quien llega a un gobierno, sea central o municipal"

Es irrisorio oír a candidatos a cualquier dignidad, ya sea central, provincial o municipal, ofrecer a los votantes obras para, precisamente, captar su voto. Que si alcantarillado en toda la ciudad, que si escuelas, que si hospitales, que si aceras, que si carreteras, que si red eléctrica o internet, que si infraestructura contra inundaciones, que si transporte público... La cartera de proyectos es tan amplia como las necesidades de cada esquina en Ecuador. Pero hay que ser caradura para vender como propaganda electoral lo que corresponde como trabajo. Es obligación de los mandatarios construir todo eso. Para eso es que pretenden ser presidentes, alcaldes o prefectos. Es su responsabilidad que los ecuatorianos tengan acceso a servicios por los que pagan impuestos. No están regalando nada. De hecho, ni siquiera es de recibo que luego incumplan sus ‘promesas’, porque ese es su rol.

Esa fórmula de propaganda electoral engañosa funciona cada vez menos. Cala menos en el votante. Y el ciudadano informado, que es un contribuyente cumplidor, exige hoy planes de desarrollo a largo plazo. La improvisación está detrás de los males recurrentes del país. Y detrás de esa improvisación está que los aspirantes se hayan creído su propio engaño de que es opcional cumplir con lo que han prometido. Como si no fuera su trabajo.