La lección del fútbol
De qué sirve que la Policía Nacional arme una buena delantera para combatir a las mafias organizadas, si los jueces tienen una débil defensa y liberan sin mayor problema a sus líderes.
El fútbol trae lecciones. El reciente campeonato mundial nos enseña que detrás de cada 11 titulares hay estrategia, unidad, trabajo en equipo, perseverancia, errores, aciertos, derrotas, victorias, alegrías y tristezas. Es un cúmulo de experiencia para llegar a un objetivo, que a veces no se logra en el primer intento, pero en el camino se puede corregir y recuperar el rumbo. Es un aprendizaje que los políticos deben asimilar. Alcanzar una meta como por ejemplo, reducir los índices de inseguridad, es un trabajo integral que, aunque no parezca, debe involucrar a todos los sectores. Sí, a todos. Desde los artistas, pasando por los empresarios, siguiendo por los médicos y los maestros. De qué sirve que la Policía Nacional arme una buena delantera para combatir a las mafias organizadas, si los jueces tienen una débil defensa y liberan sin mayor problema a sus líderes. O que los maestros trabajen arduamente para formar con ética y valores a las ligas menores, cuando en algunos hogares se normaliza el maltrato.
La lógica se repite para cualquier escenario similar. Esta es una tarea en equipo. Cada uno asume su rol, lo ejecuta de la mejor manera, siguiendo una estrategia. Solo así se puede ganar, y por goleada.