Las huellas de los cien días

En definitiva, la ocasión la pintan calva y es la hora del apremio. El régimen tomó vuelo, ahora debe de ascender para marcar la diferencia que prometió materializar’.

Los cien días de gobierno evidencian el carácter de un régimen. El gobierno logró movilizar los recursos para cumplir su promesa de 9/100 en materia de vacunación. Se han dado cambios aún marginales en la estructura arancelaria y el ISD para bajar los onerosos costos que castigan la producción; se anuncia nuevos procedimientos, todavía sin detalles, en compras públicas para afianzar la transparencia y cegar uno de los mayores pozos de corrupción que tiene el Estado. El vicepresidente ha hecho presencia en los hospitales y se siente activismo en salud, el sector social más crítico en el país. Entretanto se rezaga la agricultura, la educación padece de anonimato y hay sensación de cámara lenta en finanzas. La conducción política, más allá de las actuaciones presidenciales, continúa escondida tras bastidores.

Sin embargo, las reformas requeridas para cambiar el país, están aún intocadas. Sectores de la Asamblea, un cuerpo a ratos repudiable, ya anunció su oposición a cualquier iniciativa de cambio y el líder de Pachakutik amenaza con “otro octubre”. En definitiva, la ocasión la pintan calva y es la hora del apremio. El régimen tomó vuelo, ahora debe de ascender para marcar la diferencia que prometió materializar.