¿La Guerra Fría empieza de nuevo?

Es de esperar que prime el buen sentido. Otra guerra en el marco de la pandemia y la crisis económica sería devastadora

Luego de la desaparición de la Unión Soviética parecía que el mundo bipolar, en cuanto a las esferas de influencia visibles, había desaparecido. Aparentemente, surgía un único actor hegemónico: los Estados Unidos de América. Sin embargo, a poco emergió China como un gigante asiático y luego planetario, mientras las antiguas repúblicas soviéticas empezaban a florecer como naciones independientes: Ucrania entre ellas. En la ahora solitaria Rusia, su presidente, nacionalista con claras aspiraciones de restaurar el antiguo imperio, planeaba la recuperación de la parte oriental de Ucrania, sector donde cuenta con aliados prorrusos, al tiempo que se tomaba por la fuerza la estratégica península de Crimea. Occidente empezó a mirar con atención y consideró con interés la intención de Ucrania de incorporarse a la Unión Europea e ingresar a la OTAN. Rusia como respuesta ha movilizado tropas a la frontera común y fomenta agitación en Ucrania. Sugiere que lo impulsado desde Kiev, sería como poner tropas rusas en Cuba o Venezuela. Por lo pronto predomina la diplomacia. Washington ha conversado con Moscú. Las líneas rojas están claras. Si Rusia invade a Ucrania, Estados Unidos y Europa responderán, igual que lo hará Rusia si Ucrania ingresa a la OTAN. El fantasma de la guerra inquieta a todos.