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¡Por Guayaquil independiente!

"Día de gloria huancavilca. Día grande de una patria libérrima"

Con ese lema, compendio de su anhelo mayor: José Joaquín Olmedo, Padre de la Independencia Ecuatoriana, la condujo hacia su libertad y después lo colocó en el escudo por él mismo diseñado.

Ahora, transcurridos doscientos años desde la gesta libertaria, sin haber superado todavía la gran tragedia que hace pocos meses llenó de dolor a miles de sus hijos, “Guayaquil se engalana/ con amor en sus fastos, se atavía/ y surge al despertar cada mañana, /radiante y soberana como la luz del día”.

Gratitud merece el poeta manabita José María Egas. Sus versos son hermosos y sentidos, y cabe recordarlos, hoy más que siempre.

Múltiples, y en todas las épocas, los bardos han inspirado su lira en Cantos a Guayaquil. Su nombre les parecía a los viajeros extranjeros como gorjeos de pájaros, y su resiliencia, frente al dolor y los años oscuros, han permitido exclamar que es ciudad con destino de ave Fénix.

Una ciudad que es grande con el esfuerzo de sus propios hijos.

Para los días que vienen es bueno no olvidarlo. De lo que decida Guayaquil, en mucho se jugará el futuro de todo el Ecuador.