El gran parque acuático

La combinación de alcantarillado tapado, marea alta y lluvia fuerte da como resultado las inundaciones que convierten a Guayaquil en un indeseable gran parque acuático’

La primera lluvia fuerte hizo realidad un ofrecimiento de la alcaldesa, replicándolo por toda la ciudad. El aguacero del domingo convirtió en piscinas numerosas calles y avenidas de distintos sectores de Guayaquil, afectando a miles de ciudadanos y poniendo en evidencia, una vez más, que no se ha superado un problema que se viene arrastrando por décadas. La falta de planificación y mantenimiento adecuado de la infraestructura de aguas lluvias y residuales se repitió, como todos los años, pese a que siempre se comunica con insistentes campañas en los medios de comunicación que la institución competente ha hecho bien su trabajo y oportunamente. La fórmula del desastre ya es bien conocida por los guayaquileños: la combinación de alcantarillado tapado, marea alta y lluvia fuerte da como resultado las inundaciones que convierten a Guayaquil en un indeseable gran parque acuático. La ciudadanía no ha protestado, aparte de los memes que ridiculizan el ofrecimiento municipal, ante eventos negativos que ya forman parte de la agenda anual de la urbe, pero debería demandar la acción urgente y eficiente de los gobiernos locales, en este caso de la Alcaldía en coordinación con la Prefectura, pues el dragado del río juega un papel fundamental en la solución del problema.