En medio de la incertidumbre por la indefinición del contendor del candidato correísta para la segunda vuelta electoral, hay sin lugar a dudas una certeza: el avance progresivo de la COVID-19. Desplazada por la crucial situación política, la crítica realidad del sistema de salud por el crecimiento sostenido de los contagios no está recibiendo la atención que amerita. Debería ser un clamor nacional la exigencia a las autoridades de un plan de vacunación eficiente e inmediato, pues según informes de la Federación Médica Ecuatoriana, la aplicación a cuenta gotas de la vacuna a porcentajes mínimos de la población, favorecería las mutaciones del virus, restándole eficacia.

Las aglomeraciones del domingo 7 en los exteriores de los recintos electorales probablemente habrán generado nuevos contagios masivos, y sus consecuencias se verán en los próximos días. Por ello, hoy que se inicia el feriado de carnaval, los ciudadanos deberán manejarse responsablemente, observando las medidas de bioseguridad. Ya no es posible seguir postergando la reactivación económica y el sector turístico no sobrevivirá con nuevas restricciones a la circulación y cierre de playas, sin contar con que la segunda vuelta está muy próxima y un rebrote severo afectaría su normal realización.