Editorial: Reconstruir la justicia

El remezón que Metástasis ha generado debe llevar a los ecuatorianos a presionar para que se lleve a cabo una total depuración de esa función

El caso Metástasis confirmó lo que la ciudadanía ya sabía hace tiempo: que la corrupción se ha infiltrado en la justicia y que sus tentáculos alcanzan incluso las más altas esferas.

El remezón que la operación llevada a cabo por la Fiscalía ha generado debe llevar a los ecuatorianos a presionar para que se lleve a cabo una total depuración de esa función del Estado. Es necesario eliminar a los malos funcionarios de toda la estructura judicial del país si queremos volver a confiar en los dictámenes y trabajo de las cortes, fiscalías y juzgados, y en las decisiones de jueces y fiscales de todo nivel.

Sin embargo no basta con la depuración. Esta debe ir acompañada por tres cambios fundamentales: la instauración de la carrera judicial con el fin de garantizar la preparación profesional de los funcionarios; el establecimiento de remuneraciones adecuadas que desestimulen el enriquecimiento ilícito vía coimas o ‘acuerdos entre privados’; y protección policial permanente de la mano del sistema de inteligencia del Estado para asegurar la integridad de jueces y fiscales ante las amenazas del crimen organizado.

El caso Metástasis debe ser realmente un punto de quiebre y el Gobierno debería aprovechar la consulta popular para incorporar preguntas que permitan hacer realidad los cambios que hagan viable la reconstrucción del sistema de Justicia.