Editorial: Rescatar a Quito de la decadencia

Se necesitan soluciones integrales que permitan a la gente reapropiarse de los espacios públicos, con seguridad garantizada

Quito se está sumiendo en la decadencia. Muchos de sus barrios se están quedando vacíos porque sus pobladores no tienen estímulos para quedarse y porque la inseguridad los obliga a irse. El ejemplo más visible es el del centro histórico: pasadas las siete de la noche la zona va quedando desolada, a merced de la delincuencia, sin que las autoridades municipales implementen medidas para evitarlo. 

Ni siquiera han sabido aprovechar las oportunidades que generó la puesta en marcha del Metro para reactivarlo. Otros sectores, como la avenida 10 de Agosto o Patria, siguen el mismo camino: van perdiendo vecinos por razones similares. Mención aparte merece La Mariscal, donde otrora florecía la industria del ocio, convirtiéndose en una importante fuente de empleo y desarrollo. Hoy es territorio tomado por vendedores de droga.

Urge detener el deterioro progresivo de Quito. Si las autoridades no actúan ya para detener la delincuencia, más sectores irán decayendo. Se necesitan soluciones integrales que permitan a la gente reapropiarse de los espacios públicos, con seguridad garantizada, transporte público eficiente y una agenda municipal que potencie los atractivos históricos y turísticos de la ciudad. Sin embargo, la Alcaldía no ha presentado ni propiciado un debate público sobre soluciones integrales y de largo aliento que apunten a lograr su rescate.