Editorial: El correísmo debe leer al nuevo país

El Ecuador de 2025 no respalda actitudes intransigentes y agresivas; quiere solucionar los graves problemas que afronta 

El correísmo, o lo que va quedando de él en la Asamblea Nacional, debe entender que ya pasó la era de la agresividad y la oposición ciega, pues de lo contrario lo más probable es que termine como una fuerza cada vez menor en el Legislativo.

El tipo de liderazgo que ha mantenido el expresidente cabeza de ese movimiento político desde que dejó el poder, ya no tiene cabida en una sociedad que ha cambiado y que no es la misma que existió hace más de una década, cuando lo que se esperaba de esa bancada era la confrontación y la oposición feroz.

La reciente expulsión de uno de sus asambleístas es algo que puede repetirse y de lo que no pueden desentenderse los correístas. Ese asambleísta simplemente dio sus aportes para mejorar la ley económica urgente que busca desarticular la economía criminal, y como estos aportes fueron acogidos, decidió votar a favor del informe de la Comisión de Desarrollo Económico. Por ello la dirigencia de la Revolución Ciudadana lo acusó de traidor.

El Ecuador de 2025 no respalda actitudes intransigentes y agresivas; quiere solucionar los graves problemas que afronta y progresar. O el correísmo es capaz de leer a ese nuevo país y sus asambleístas presentan propuestas concretas y viables para lograr estos objetivos, o mejor renuncian a sus curules.