Editorial: La concesión es la vía

No hay razón para estigmatizar la mano del sector privado, siempre que lo haga con eficiencia y a favor de los mejores intereses de los ciudadanos

El esfuerzo del Gobierno Nacional está centrado en mejorar el panorama de seguridad en el país. Perfecto. Pero hay otros frentes que no son excluyentes y que requieren ya la atención tanto del Ejecutivo como de todas las carteras del Estado; uno de ellos es la reactivación económica. Sin seguridad no hay reactivación económica, y sin reactivación económica no se puede costear el sostener el ambiente de tranquilidad que por ahora le da al país el estado de excepción.

 El Estado es bueno para pocas cosas y malo para muchas. En administración se queda de año y si no puede hacerlo eficientemente, lo mejor es delegarlo a quienes sí pueden. Las concesiones se vuelven una opción que siempre está ahí y es necesario analizarla. Existen ejemplos clarísimos en el país de que la concesión funciona. ¿Por qué no aplicarla en otros frentes como las telecomunicación, hidroeléctricas, petróleo y más?

No hay razón para estigmatizar la mano del sector privado, siempre que lo haga con eficiencia y a favor de los mejores intereses de los ciudadanos. El Estado debe pensar en delegar lo que tenga que delegar para que pueda concentrarse en lo que debe: brindar seguridad a sus ciudadanos, un sistema de salud de calidad y una educación que no envidie nada de las de otros países.