No dejemos que nos roben
A los alcaldes y concejales de los gobiernos locales -también a los prefectos y miembros de las juntas parroquiales- hay que recordarles que ellos deben ser los ejecutores de una planificación urbana sustentable...’.
Los contribuyentes del Estado, que nutren de dinero a los diversos niveles de gobierno, se están acostumbrando a guardar silencio ante el cínico atraco que sufren permanentemente los fondos públicos de parte de quienes llegan al poder para llenar sus bolsillos, en desmedro de la obra pública que están obligados a ejecutar.
Los habitantes del territorio nacional no pueden olvidar que los tributos que pagan deben ser destinados, en su totalidad, a la atención de la población en sus diferentes necesidades, entre ellas las de servicios básicos, seguridad, salud, educación, vivienda, que permanecen insatisfechas mientras que muchas autoridades dilapidan el dinero en la ejecución de obras de oropel. A los alcaldes y concejales de los gobiernos locales -también a los prefectos y miembros de las juntas parroquiales- hay que recordarles que ellos deben ser los ejecutores de una planificación urbana sustentable, y promotores, con obras, del desarrollo económico y social local, que permita mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Los ecuatorianos no pueden quedarse en silencio ante el atropello de sus derechos como contribuyentes; deben exigir las obras y servicios que merecen. No nos acostumbremos ni resignemos a que nos roben.