Cumpla su palabra

No debe cubrirse la espalda de nadie

La palabra tiene valor. Al menos para quienes aún creen que pesa más que la misma firma. Y cuando los políticos dan su palabra, los ciudadanos esperan que la cumpla, no a medias ni en partes y con excusas. El alcalde electo de Guayaquil prometió transparencia y alejarse del quehacer de quienes por tres décadas administraron la ciudad a su antojo.

Puede empezar a investigar por donde decida que es un buen punto de partida. Por ejemplo, el caso vallas y el ligero manejo -por decir lo menos- de la administración anterior y de la saliente, que merece claridad y conocerse los nombres de los responsables y sus sanciones; los fotorradares y las multas fantasmas de tránsito, con las que le metieron la mano al bolsillo de los guayaquileños; los alegres contratos de la plaza Guayarte, un lugar cada vez más en decadencia, y cuyos locales terminaron en manos de conocidos de la actual administración.

No debe cubrirse la espalda de nadie. Amigos, conocidos, desconocidos, funcionarios públicos o personas privadas, si utilizaron mal los recursos de los contribuyentes deben ser señalados; los ciudadanos deben conocer sus nombres. Señor alcalde electo, la transparencia es el único camino de bien dentro del sector público y, la palabra cumplida, es la mejor carta de presentación. No la desperdicie.