A cuidar los cerros

Las autoridades nacionales y locales deben cuidar los cerros y a los ciudadano que habitan en ellos

Las excavaciones y construcciones ejecutadas sin estudios de factibilidad, con la venia de las autoridades cantonales y nacionales, son las responsables de la desestabilización de los cerros, que ponen en riesgo la vida de quienes habitan en esos sectores.

Las cuarteaduras de las casas y las calles del sector de Senderos, en la vía Avenida del Bombero de Guayaquil, revelan el descuido de las empresas constructoras, que edificaron la urbanización en laderas inestables, en las que pueden ocurrir desprendimientos repentinos.

La deforestación de las pendientes, sumada a los fuertes movimientos telúricos de los últimos años, provocan deslizamientos y hundimientos, como el que ocurrió recientemente en Alausí, que sepultó a un barrio entero, o el registrado hace años en el cerro Azul, o los continuos deslaves en las vías Aloag-Santo Domingo o la Cuenca-Molleturo.

Las autoridades nacionales y locales conocen perfectamente el estado de los cerros, pero poco o nada han hecho para estabilizarlos y garantizar la vida de quienes viven en ellos. La nueva administración de Guayaquil debe fijar como una prioridad la estabilización de los taludes y la prohibición de asentamientos y desforestación que aumente el riesgo de desgracias futuras.