Editoriales

El cargo público como negocio rentable

El Ecuador tiene que emerger de la ciénaga putrefacta para recuperar los valores que nos dieron libertad y patria

Excluyendo la certeza de que hay una burocracia digna que hace su trabajo lo mejor que puede y devenga su salario, pareciera que el Ecuador no asume todavía que la tradicional legión de parásitos pululando alrededor de todo gobierno que se inicia, ahora, al menos en relación al discurso oficial, no tiene espacio.

Obviamente el nuevo mandatario armará sus equipos de trabajo con nuevos y viejos cuadros, buscando eficacia y eficiencia pero, al mismo tiempo: comportamiento ético, que incluye un cumplimiento adecuado de las responsabilidades asignadas.

Así, es de esperar que no surjan nuevos ricos del actual régimen. Que no se vendan cargos ni se cobren diezmos, o se esquilme al sector privado exigiendo jugosas participaciones en cada compra o licitación pública.

Sería muy desalentador para un pueblo que mantiene la esperanza de que el corrupto quehacer tradicional va a cambiar, conocer de situaciones como las aquí reseñadas.

El Ecuador tiene que emerger de la ciénaga putrefacta para recuperar los valores que nos dieron libertad y patria.

Con el esfuerzo de todos será posible lograrlo.