Alentadora victoria democrática

El denominado mundo libre ha mirado con simpatía la reciente victoria de Emmanuel Macron’.

Cuando en el mundo es visible una tendencia que permite a regímenes de corte totalitario, de derecha o de izquierda, alcanzar victorias electorales, es digno de ser destacado el reciente éxito electoral del presidente Macron. Su reelección, la primera a lo largo de veinte años, hace que siga Francia bajo una conducción liberal que impide la ascensión al poder de la candidata que en su amistad con el presidente Putin, refleja claramente sus inclinaciones políticas. Con Macron se fortalece la idea de Europa, se mantiene una izquierda que requiere un gran proceso de unidad para tener impacto electoral y se robustece la OTAN, en momentos en que la prolongada agresión rusa a Ucrania permite anticipar los más negativos presagios. El reciente acto electoral también deja ver una creciente apatía ciudadana. La participación electoral ha sido la más baja en más de medio siglo, pero llegó a 72 %, incomparable con lo que ocurre en América Latina.

Ojalá de los resultados se obtenga la lección de que una democracia que no cumple los anhelos ciudadanos más sentidos se desvaloriza y abre espacio a peligrosos populismos. Gobernar para satisfacer las necesidades de las mayorías es una obligación a cumplir. Una democracia en función de minorías es una antinomia.