Se agotó el año 2021

Siete meses de administración en una empresa dan para mucho. Al menos para sembrar la semilla del cambio. En este Gobierno, aún se está a la espera de que se den pasos en la línea prometida en campaña.

si la Justicia que llega tarde no es justicia, el Gobierno que se mueve lento no gobierna. Termina el año, un 2021 de elecciones presidenciales y de inflexión en dos aspectos: el cambio de color político en Carondelet y el esperado reflote económico tras la crisis de la pandemia. Pero acaban los primeros meses de gobierno con la misma inercia con que se despidió el anterior. Con la sensación de que falta determinación al llevar el timón de mando.

Gobernar es tomar decisiones, pero la única gestión (sin quitar mérito pero con la consciencia de que no se puede vivir eternamente de un logro) ha sido la vacunación. Siete meses de administración dan para mucho y si no, que se lo pregunten a un directivo empresarial. En siete meses, hay plazo, cuando menos, para sembrar las bases del cambio que se espera cosechar.

Hoy, si se ha abonado el terreno para un mejor futuro, no se ve. No se aprecia. Solo es perceptible un vaivén de maniobras políticas contextualizadas en la ingobernabilidad de una Asamblea fragmentada y censuradas por la ciudadanía que acudió a las urnas en busca de lo prometido: un cambio, un encuentro, una salida a la desazón de los últimos años. Que el año nuevo llegue con buenas nuevas.