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‘Por la patria’

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Y Olmedo se preguntaba con desdén, en carta dirigida a un pariente: “¿Qué significarán estos nombres, patria, libertad, derechos del pueblo, convención, etc.?”.

El guayaquileño José Joaquín de Olmedo fue uno de los fundadores del Estado del Ecuador porque fue uno de los representantes en la Convención Constituyente de agosto-septiembre de 1830, reunida en Riobamba, que elaboró la primera Constitución del Estado. Olmedo fue vicepresidente de la Constituyente y fue parte de su comisión de redacción, en conjunto con el quiteño Manuel Matheu y el guayaquileño Vicente Ramón Roca. El 12 de septiembre de 1830, Olmedo fue elegido el primer vicepresidente del Estado del Ecuador. Renunció al año siguiente.

Esta Constitución de 1830 no resistió la inestabilidad política del primer gobierno del Ecuador. Cuando en septiembre de 1834 concluyó el período presidencial del general venezolano Juan José Flores, el Ecuador era un país a punto de enfrentarse en la primera guerra civil de su historia. Por una parte, la Jefatura Suprema de Vicente Rocafuerte, proclamada en Guayaquil; por otra, la Jefatura Suprema de la Sierra, liderada por el lojano José Félix Valdivieso. El expresidente Flores se alió con Rocafuerte.

Las tropas de estos jefes supremos se enfrentaron el 19 de enero de 1835 en Miñarica, cerca de Ambato. Triunfaron las tropas de Rocafuerte, comandadas por Flores. En seguida se convocó a una Convención para que se reúna en Ambato y redacte una nueva Constitución.

El guayaquileño José Joaquín de Olmedo fue uno de los fundadores de la República del Ecuador porque fue uno de los representantes en la Convención del año 1835 que elaboró la primera Constitución que declaró que el Estado del Ecuador era una República. Olmedo presidió esta Convención, que designó como el primer presidente de la República a su coterráneo Rocafuerte. Esta Constitución estuvo vigente por dos períodos de gobierno consecutivos, hasta que en 1843 el presidente Flores convocó a una Convención en Quito, a la que pobló de adictos suyos que elaboraron una nueva Constitución, la cual pasó a la historia como la Carta de la Esclavitud. Fue la forma del presidente Flores para perpetuarse en el poder.

En 1845, la revolución marcista sacó a Flores del país. Un Gobierno Provisorio compuesto por Olmedo y otros dos guayaquileños, Diego Noboa y Vicente Ramón Roca, convocó a una Convención para que se reúna en Cuenca y redacte una nueva Constitución. Olmedo formó parte de ella. Ya para esta época tenía 65 años y había sido constituyente de España, de Perú, del Ecuador. Ya está curtido y desengañado.

La Convención de Cuenca debía elegir al presidente de la República para el período 1845-1849. A Olmedo se lo postuló para presidente, pero él no quería ser candidato. Quienes lo postulaban, sin embargo, decían que era necesario postularlo a él ‘por la patria’. Y Olmedo se preguntaba con desdén, en carta dirigida a un pariente: “¿Qué significarán estos nombres, patria, libertad, derechos del pueblo, convención, etc.?”. Olmedo se candidatizó y perdió. Lo venció Vicente Ramón Roca.

Olmedo murió en febrero de 1847. Esta última Constitución en la que él contribuyó, acabó tras un golpe de Estado de Diego Noboa que, para afianzarse, promulgó una nueva Constitución (quinta del Estado, cuarta de la República) en febrero de 1851. De seguro, también hecha ‘por la patria’.