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Xavier Flores Aguirre | Olmedo y Galápagos

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A Olmedo le correspondió la autorización de la única anexión territorial que ha realizado el Ecuador

En la convocatoria del año 2025 para postular a la inscripción en el programa Memoria del Mundo de la Unesco, el Municipio de Guayaquil postuló un manuscrito del poema ‘La Victoria de Junín’, de autoría de José Joaquín Olmedo, que conserva la Biblioteca Municipal. El Comité Evaluador de la Unesco aprobó el poema de Olmedo y este manuscrito se convirtió en el noveno documento ecuatoriano que integra el programa Memoria del Mundo.

Pero no es la primera vez que unos documentos suscritos por José Joaquín Olmedo integran la Memoria del Mundo. La documentación ecuatoriana que se aprobó por el Comité Evaluador de la Unesco el año 2022, postulada por el Archivo Histórico de la Cancillería del Ecuador (que se convirtió en la octava inscripción del Ecuador en el programa Memoria del Mundo), llevó por título ‘De tierra de corsarios y piratas a patrimonio natural de la humanidad. Posesión oficial de las Islas Galápagos por la República del Ecuador’. Y los dos documentos que se postularon llevan la firma de Olmedo.

La participación de Olmedo en este episodio merece una explicación administrativa. En su origen en 1830 el Estado del Ecuador se dividió en departamentos, provincias, cantones y parroquias. Los departamentos eran la división administrativa más importante del Estado, al punto que constituían la base de su composición.

La primera Constitución del Estado del Ecuador, dada en Riobamba en 1830, declaraba en su artículo 1 que los “Departamentos de Azuay, Guayas y Quito quedan reunidos entre sí formando un solo cuerpo independiente con el nombre de Estado del Ecuador”. Cada departamento era gobernado por un prefecto, que esta Constitución definía como “el agente inmediato del Poder Ejecutivo” (art. 53).

El guayaquileño José Joaquín Olmedo era el prefecto del Departamento del Guayas en 1832. Como prefecto del departamento, a Olmedo le correspondió la autorización de la única anexión territorial que ha realizado el Ecuador en su casi bicentenaria existencia.

Los documentos que postuló la Cancillería y aprobó la Unesco en 2022 fueron dos cartas suscritas por Olmedo: una, del 20 de enero de 1832, instruyéndole al coronel Ignacio Hernández “para que dirija una compañía colonizadora y tome posesión de las Islas Galápagos en nombre del Estado ecuatoriano”; otra, del 14 de abril de 1832, dirigida al coronel Hernández, “en la que le transcribe el agradecimiento del Ministro del Interior y Relaciones Exteriores, por haber tomado posesión de las Islas Galápagos en nombre del Ecuador”, según la descripción hecha por la Cancillería para la postulación.

En el intermedio de ambas cartas, el coronel Hernández llegó a la isla Charles del archipiélago de Galápagos, e izó la bandera ecuatoriana. Ocurrió el 12 de febrero de 1832 (curiosamente, el 12 de febrero es el día de nacimiento de Charles Darwin). Desde entonces, a esta isla se la conoce como Floreana, en obsequio al nombre del primer y único presidente del Estado (desde 1835, el cargo es presidente de la República).

El hombre que autorizó la única anexión territorial que ha tenido el Ecuador en su historia (nada más y nada menos que las Galápagos): ese hombre fue Olmedo. Y por eso también está en la Memoria del Mundo.