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Votantes, memoria y futuro del país

Avatar del Willington Paredes

Hay que elegir bien para que el pasado y la violencia no vuelvan.

Hoy vamos a las urnas como acto y proceso de refrendación democrática, ahí están la memoria, futuro y destino que deciden el rumbo del Ecuador adolorido por terror, violencia, corrupción, narcotráfico y narcopolítica unidos. Esto lo impulsan partidos y políticos que un líder asesinado denunció y demostró. En este acto concurren quienes deben tomar la decisión. A unos no les importarán y otros reflexionarán sobre los candidatos que se “venden como inmaculados”. Ahí están los que han prometido el oro y el moro para volver a un pasado ya conocido por la corrupción, negociados, sobreprecios, etc. Por eso hoy es el día del soberano. A todos nos corresponde tomar la importante decisión sobre el presente y futuro del país. Esa opción-elección se traducirá en lo que deseamos y buscamos para Ecuador, la democracia y la ciudadanía toda. Por eso hay que elegir críticamente.

El actor de hoy es el elector, hombre y mujer que comprometen lo que nuestras familias vivirán. Elegir no es una simple acción de un papel, pluma y una urna. Tiene que ver con lo que el elector en su posicionamiento de ciudadano decide para el Ecuador y las familias. Es un accionar de profunda responsabilidad y compromiso. La elección de miembros de la asamblea anterior dio lugar a muchos arrepentimientos. Pero ya los habían elegido. Por eso lo que hoy decide el elector también tiene que ver con su memoria. Si ayer se equivocó, y mucho, ahora debe rectificar para que el futuro no sea negro, incierto, violento, antidemocrático y de fuerzas que amenazan la estabilidad del Ecuador en crisis, con alta pobreza, desempleo y con sangre y muerte en las calles.

Se debe ser elector crítico y autocrítico, evitando la mala elección que deja resultados nefastos. Hay mucho mesianismo y sinvergüencería que quieren atraparnos. Superemos eso, pues repetir el pasado pondrá monstruos políticos como ‘representantes’ y gobernantes. Hoy más que nunca no comprometamos el futuro. Busquemos buena calidad de asambleístas y gobernantes, sin travestismo ideológico, político y personal, que tanto daño han hecho al país. Ya es hora de que la ciudadanía electora asuma su responsabilidad y se haga cargo de sus yerros electorales. Hay que elegir bien para que el pasado y la violencia no vuelvan.