Guayaquil, Cuenca y sus bicentenarios

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¡Gloria al sacrificio de los patriotas cuencanos y guayaquileños por su heroica revolución que nos hizo ciudadanos libres, independientes y autónomos!

Pocas veces en la historia sociopolítica de revoluciones, proyectos de ruptura y reestructuración de una sociedad local costeña han estado tan conectados geopolíticamente con una provincia y microrregión de los Andes. Tal relación es antigua. Arqueólogos y etnohistoriadores establecen un tradicional vínculo de estas dos sociedades desde la pre-Colonia. El austro fue ruta del spondylus de la costa marítima ecuatoriana al Perú. La Colonia lo refrendó. Guayaquil, ciudad-puerto, fue importante para el austro. Por ahí exportaba diversos productos para la demanda externa: cascarilla, jergas, bayetas y tocuyos; e importaba mercancías para consumo interno. Por eso Guayaquil-Cuenca tienen conexión que está en la memoria histórica de estas dos comunidades regionales.

En 1809-1812 se mantuvieron al margen del proyecto aristocrático independentista de Quito. Los ilustrados de una y otra mantuvieron contacto. Por eso en la zona de Cuenca siguieron el pronunciamiento independentista-revolucionario de criollos y mestizos guayaquileños. Ellos fueron reprimidos con violencia y brutalidad después de su emancipación del 3 de noviembre de 1820. Centenares de patriotas cuencanos se refugiaron en Guayaquil. Decididos, ingresaron a las tropas patrióticas de nuestra ciudad que con victorias y derrotas conquistaron la gloria del Pichincha en mayo de 1822. Uno de sus grandes hombres y patriotas, el mariscal José La Mar (casado con guayaquileña) fue el genio militar de la victoria de Junín y Ayacucho. Por esto es el único mariscal ecuatoriano del país.

Recuperar y proyectar esta unidad es importante. Así comprendemos por qué, cuánto y cómo para los guayaquileños y patriotas, de ayer y hoy, la Revolución cuencana, con sus ilustrados como líderes, es parte esencial de la memoria histórica, social y cívica nuestra y del país. Celebramos que los hermanos cuencanos del presente conozcan y entiendan que los bicentenarios de Guayaquil y Cuenca son parte de una sola historia socioeconómica, geopolítica y cívica. Ellos y nosotros valoramos mucho esa herencia como legado que nos une para siempre. ¡Gloria al sacrificio de los patriotas cuencanos y guayaquileños por su heroica revolución que nos hizo ciudadanos libres, independientes y autónomos!