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Ilustración para columna Tania
Ilustración en homenaje a Efraín Ruales, conductor de televisión asesinadoIlustración Teddy Cabrera

Hasta siempre, Efraín

No sé si un ángel, pero un hombre de enorme dimensión. Se me vinieron los recuerdos de golpe al conocer la noticia de su muerte el miércoles.

Conocí a Efraìn en el año 2012, a su regreso a Ecuavisa como parte del programa En Contacto. Llegaba con un personaje nuevo ‘El profesor Cachimundo’, en una suerte de escuelita ideada como segmento por la directora de entonces, Catrina Tala.

“Efra” como lo llamaban casa adentro (consideraba al canal como su casa) tenía entonces 28 años y era un comediante con una carrera en ascenso que alcanzaría el primero de sus grandes éxitos en el programa ‘Así pasa’. De sonrisa fácil y naturalmente gentil, se reconocía tímido, pese a que lo suyo era la televisión y las tablas.

Meses después de conocerlo me involucré en una labor benéfica para la parroquia San Marcos Evangelista dirigida por Monseñor Elías Dávila, a quien le parecía genial tener como invitado a Efraín Ruales en su personaje ‘Lorenzo’ saltando por doquier en el Bingo solidario que hicimos. Efra aceptó participar sin ningun reparo, sin cobrar un solo centavo. Llegó puntual y se cambió de ropa en su carro, maquillándose para encajar en el personaje. Luego de su actuación se dio tiempo para fotografiarse con todos los que le pidieron posar. Monseñor Dàvila dijo de èl que era un àngel.

No sé si un ángel, pero un hombre de enorme dimensión. Se me vinieron los recuerdos de golpe al conocer la noticia de su muerte la mañana del miércoles. Bruce, mi esposo, me despertó consternado. El también lo estimaba, le tenía admiración y cariño, se reía al escucharlo llamarme ‘Tanita’ como lo hacen muy pocas personas.

Solìamos conversar regularmente porque el camerino de En Contacto está junto al camerino de Noticias en Ecuavisa. Lo veía irse al estudio y comentábamos las novedades del dìa, mientras Betty Mata, su jefa y directora de En Contacto lo apuraba cariñosamente.

Llamé a Betty al conocer la noticia. Me respondió ahogada en llanto, con el enorme desafío de sacar el programa al aire, con los animadores de luto y la lógica ausencia de Alejandra Jaramillo, su novia, de quien se había despedido aquella mañana del 27 de enero, sin imaginar que era el adiós.

Efraín se ha ido a los 36 años. 4 balas de sicarios cegaron su vida a la salida del gimnasio donde acudía regularmente en el norte de Guayaquil. Si tuviera que resumir su legado diría que es la alegría que nos dio y su solidaridad con los demas. Era comediante, actor, músico, modelo y definitivamente un ser inspirador.

En una de nuestras últimas conversaciones hablamos del amor y de cómo había hallado con Alejandra ese amor que te da paz, coincidiendo en que la paz era lo más cercano a la felicidad.

Lo vì llorar por la partida de su padre el año pasado y dedicarse a su madre sin dejar de estar con su hermano. Cantaban juntos con la guitarra. Efra se animaba a recordar sus tiempos de bajista cuando quería ser músico.

La noticia de su asesinato se tomó las redes sociales en Ecuador y los titulares de los medios de comunicación. Por un rato pareció que no estábamos en la recta final de las elecciones generales. Este Ecuador está dolido, herido, angustiado… El sicariato no puede ganarnos esta guerra en donde todos estamos participando, aunque nadie nos preguntó si queremos ser parte de ella.

Hasta siempre Efraín, gracias por las risas, por el ejemplo, por la inspiración. ¡Hasta siempre!