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La esclavitud moderna

Avatar del Rubén Montoya

Hoy la jueza que estudia el caso sobre la compañía Furukawa puede torcer una historia marcada por el abuso en su máxima expresión...

El caso es así: hay una multinacional que ha sometido a sus trabajadores a esclavitud laboral. Sus métodos de explotación son inauditos; las pruebas que los acreditan, abundantes. Hartos de trabajar desde que tenían 7 años; hartos de vivir en condiciones infrahumanas; hartas de no ser atendidas por un médico ni cuando estaban embarazadas; hartos de haber perdido piernas, dedos, brazos; hartos de ver cómo las autoridades toleraban o condecoraban a los esclavistas; en fin, hartos de estar hartos, 106 trabajadores la demandaron. Y hoy puede ser un día histórico para ellos. Y para Ecuador.

Hoy la jueza que estudia el caso sobre la compañía Furukawa, dedicada la producción de abacá desde hace más de medio siglo en Santo Domingo de los Tsáchilas, puede torcer una historia marcada por el abuso en su máxima expresión. Hoy puede ser un gran día.

Es la primera vez que por “trata de personas con fines de explotación laboral” se demanda a una multinacional en Ecuador. No olvidemos las características del delito: obligar a una persona a vivir y trabajar sobre una tierra que pertenece a otra, y prestarle servicios, por remuneraciones bajas o, incluso, gratuitamente. Furukawa pagaba 200 o 300 dólares al mes; encerraba a sus trabajadores en la hacienda bajo llaves. Llegó incluso a arrendarles la tierra… para que sembraran obligadamente abacá y se lo vendieran a ella. Al precio que ella fijara, se entiende. No, no es Estados Unidos en el siglo XVII.

El camino judicial va siendo largo para las víctimas, que empezaron con una acción de protección que obligó al Estado a pedirles disculpas y a retirar una (tomen asiento) “Condecoración Laboral al Mérito” otorgada por el Ministerio del Trabajo a Furukawa. La firmaba un tal Galo Chiriboga, ministro de Alfredo Palacio y luego fiscal general de Rafael Correa.

La Fiscalía solventó una acusación que muestra la violación a ocho derechos básicos. La audiencia preliminar empezó el mes pasado, y la jueza debe pronunciarse y resolver sobre las acusaciones. Una monstruosidad de caso puede comenzar a ser enmendada -si acaso eso cabe- hoy. La esclavitud moderna debe terminar.