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Rubén Montoya Vega | Mala noticia: año electoral…

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Al año electoral lo caracterizan la polarización de fuerzas, el cálculo politiquero, la recesión productiva, la incertidumbre económica.

La experiencia ecuatoriana nos dice que hay factores repetidos durante lo que solemos llamar ‘año electoral’, esto es, el período de largos meses en que los actores políticos se dedican a buscar el asalto al poder (no está mal el término) o permanecer en él. Lo caracterizan la polarización de fuerzas, el cálculo politiquero, la recesión productiva, la incertidumbre económica… No hay un solo factor que aliente la esperanza y menos si parte sustancial de esos actores, por no decir toda, solo busca anclarse en los espacios de conducción.

Un país con la enana cultura democrática que tiene Ecuador (su irrespeto por las reglas de sucesión presidencial, por ejemplo, es colosal) y que jamás ha entendido la imposibilidad de construir democracia sin justicia independiente, vive ese tiempo sumido en un constante enfrentamiento y en una desidia social cercana a la parálisis. Así sucedió antes… y volverá a pasar: oiremos a voceros de toda ralea justificar la falta de emprendimientos, inversiones o planes en la ‘incertidumbre’ que genera un año electoral.

Así pasará luego del anuncio oficial del presidente de la República de que necesita “tiempo” para hacer lo que ofreció. Daniel Noboa dio un sinfín de entrevistas en estos días para usar a los medios y lanzar su campaña. Por supuesto, no buscará la reelección porque él quiere. No. Él es un patriota típico, uno de los miles que hemos tenido, un hombre sacrificado: él lo hace “obligado”. Lo obliga el pueblo, claro está.

Mala noticia. 2024 estará marcado por el gran objetivo de Noboa. Cada gesto, acción de poder o palabra irá destinada a tal estrategia. Por eso, no tendrá empacho en sacar sangre hasta del cangrejo. Esta semana, por ejemplo, inauguró un plan habitacional en Cañar. “Uno de los grandes anhelos del ser humano es tener casa. Y ese sueño lo estamos cumpliendo. Porque la dignidad no es negociable…”, dijo. Un segundo más de verborragia y lloro. Lo que él no dijo es que el plan lo inició, ¡hace más de 5 años!, Lenín Moreno. Y qué son 200 casas para un país con un déficit habitacional de 2’700.000 unidades…

No importa: es año electoral. Todo vale.