Rubén Montoya: La Revolución del Pesebre
Tanto ecumenismo mal aplicado la lleva a soportar realidades chocantes, como las llamadas ‘Zonas No Go’
Ofendida, la presidente del consejo de ministros de Italia, Giorgia Meloni, ha relanzado este diciembre una campaña en defensa de los valores centrales de la cultura occidental. Lo ha hecho al declararse defensora de armar el pesebre como símbolo de la Natividad.
Meloni lo hizo ya en el 2022, cuando denunció que en muchas escuelas se pedía no hacer pesebres para no ofender a otras religiones. Tal cual. Gestos como este muestran que algunos aplican mal el espíritu ecuménico que distinguió al papado de Juan XXIII, quien propuso unir a todas las facciones cristianas. Cristianas dijo. Porque no se puede unir a quienes no quieren unirse…
Europa reacciona tarde frente a décadas en que no supo ver el peligro. Hagamos memoria: la misma Iglesia católica que no dijo ni ‘mu’ por las viñetas agresivas contra los judíos, sí clamó por las que consideró ofensivas a los musulmanes. Y luego, en nombre de la fraternidad universal, puso a la misma altura a los Evangelios y el Corán, es decir, unos textos que hablan de paz, milagros y amor; y otro que no solo autoriza, sino que invita -varias veces- a sus fieles a exterminar a quien no es musulmán.
Tanto ecumenismo mal aplicado la lleva a soportar realidades chocantes. Un ejemplo: la existencia de las llamadas ‘Zonas No Go’, o sea, barrios donde el control estatal ha sido reemplazado por el gobierno de pandillas. El caso emblemático de Molenbeek, en Bélgica, regido hoy por normas islámicas, muestra cómo el Estado ha perdido por completo el control. Y España, hace poco, se alarmó al descubrir que, en varias poblaciones catalanas, como Salt, Lleida o Badalona, se han consolidado enclaves musulmanes donde la lengua, la cultura y la religión españolas han sido desplazadas por normas islámicas.
Frente a eso, la campaña de la líder italiana tiene sentido. Y lo tiene su alegato: ¿cómo puede el pesebre de un niño en un establo ofender a alguien? ¿Cómo puedes avergonzarte de relievar los símbolos en los que se asientan tus valores?
Un acto de reivindicación y orgullo. Y un legítimo ejercicio de derecho a la defensa. Eso es la Revolución del Pesebre. Y no solo sirve para Europa.