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Rubén Montoya: La deriva de la izquierda

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La mala deriva de la izquierda es inocultable. “Su fracaso ha sido feroz”, como bien dijo Joaquín Sabina...

Que la inmadurez es cíclica y novelera, ya se sabe. Latinoamérica, por caso, se engancha como boba a modas y péndulos. Hay uno que huele a formol y tiene los síntomas aquí, cerquita, y no en lontananza: es el de la izquierda que quería llegar para quedarse. Los socialismos del siglo XXI, planeados para reinar “300 años”, transitan horas bajas, pero no las del adiós mientras amemos las modas.

La sorprendente declaración del presidente chileno, Gabriel Boric, respaldando que Corina Machado sea la candidata de la oposición en los próximos comicios presidenciales de Venezuela es más que una piedra en el zapato de la izquierda. ¿Por qué puede ser trascendente? Porque se suman voces de la tendencia que la critican abiertamente. A José Mujica le perdonan todo, pues ante su autoridad moral todos le quedan enanos. Pero Boric no es El Pepe, es un niñato al lado del viejo guerrillero charrúa. Su declaración, por tanto, preocupa más.

Cada vez se le hace más difícil a Nicolás Maduro ocultar que su intención es la misma del nicaragüense Daniel Ortega, quien encarceló a todos (leyó bien: todos) los candidatos opositores para evitar el mínimo riesgo de perder. Maduro quiere algo parecido: “de aquí no me sacan ni con agua caliente”, es su lema hoy, tan parecido al que usó hace siete años: “De aquí no me saca nadie”. Y ahí lo tienen, atornillado, los que pensaban que solo era bruto. Es más que eso.

Maduro ahora buscará impedir que Machado sea candidata, precisamente porque en las internas de su tendencia la apoyó el 93 % de sufragantes. Una locura de votación y un mensaje clarísimo a Venezuela.

Los ídolos de barro de la Patria Grande hacen aguas. Y en su afán por aferrarse al poder no tienen límites: el argentino Sergio Massa, quien promete que corregirá como presidente el desastre que armó siendo ministro de Economía, ha gastado en su campaña más de $12 mil millones del fisco para comprar votos con el membrete de “ayudas sociales”. Ladrón con licencia.

La mala deriva de la izquierda es inocultable. “Su fracaso ha sido feroz”, como bien dijo el padre cantautor de muchos revolucionarios: Joaquín Sabina. Palabra santa.