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Tiempo de elecciones

Avatar del Roberto Passailaigue

Para las próximas elecciones la ciudadanía debe escoger bien a sus candidatos, y no se dejen sorprender por aquellos candidotes, las candilejas y por los camuflados de la delincuencia organizada, narcotráfico y corrupción.

Había referido en un artículo anterior que en tiempo de elecciones es momento de ferias electoreras en pueblos, cantones y capitales, con baratillos de ofertas demagógicas y populistas, creándose movimientos y partidos políticos por montones, hablando a nombre del pueblo y la democracia, pero contribuyendo a la degeneración del sistema.

Según información periodística, para las próximas elecciones de 2023 habrá algo así como 63.500 participantes, con una disminución de 17.500 en comparación a la elección de 2019, mientas se calculó que se inscribirían entre 80.000 y 90.000 candidatos a nivel nacional. Entre esos 63.50 participantes en 384 alianzas, existe toda clase de personas, desde los profesionales más preparados, competentes y con experiencia, hasta los analfabetos e ignorantes sin experiencia, que en su vida no han manejado ni un charol de caramelos en una esquina de barrio, y los pillastres camuflados.

Ningún trabajo de calidad podemos esperar de estos ilustres desconocidos, ignorantes de la realidad nacional, administración, leyes y reglamentos, pues a duras penas algunos saben leer y escribir, y otros ni siquiera eso.

La falta de requisitos de probidad, estudios y competencias para los candidatos de elección popular tiende a la inclusión de los menos capacitados, obreros o proletarios, criticando las remuneraciones altas, comparadas con una de clase estándar de trabajo de fábrica o factoría, que percibe un salario unificado. Esto es bajar la calidad en el desempeño y la dirección del servicio público y por tanto la degradación y corrupción del mismo.

El proletarizar o democratizar la función pública es nombrar a funcionarios mediocres, incompetentes, sin méritos ni competencias, para ganar un sueldo bajo, pero adeptos a un régimen político ideológico y propenso a formar parte de las argollas y aliados de la corrupción.

Para las próximas elecciones la ciudadanía debe escoger bien a sus candidatos, y no se dejen sorprender por aquellos candidotes, las candilejas y por los camuflados de la delincuencia organizada, narcotráfico y corrupción.