Costos de la educación particular III

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"Quieren usar la educación como un nicho de réditos electorales".

Nuestro país está muy afectado por la pandemia del coronavirus, habiéndose paralizado actividades productivas y laborales. La emergencia sanitaria actual y la financiera, que ya existía, nos llevarán a una emergencia social.

Varios gobiernos de otros países han asumido las bonificaciones por despidos de los trabajadores y las pérdidas de negocios y empresas para la reactivación económica. En Ecuador a los únicos que se les carga el costo es a los ciudadanos y entre ellos, al sector privado.

Es lamentable lo que acontece a todos los ecuatorianos, incluyendo a los padres de familia de los establecimientos particulares; no son los únicos, pero todos de manera conjunta y concertada deben buscar soluciones, sin propender a irregularidades o fomentar la irresponsabilidad, como lo es el usar un servicio privado sin pagarlo y que no se pueda suspender el servicio.

A ningún loco se le ocurriría incitar el ingreso a los mercados, tiendas o farmacias y salir sin pagar o llevar todo y todos al 30 o 50 % de descuento, para satisfacer los derechos humanos de alimentación y salud. Eso sería delito y debería ser enjuiciado y sancionado. ¿Por qué se lo auspicia en la educación particular?

El padre de familia de estas instituciones tiene muy variadas opciones de oferta educativa y costos. Si no puede pagar la pensión del actual colegio, que seleccione otro de menor costo y si no quiere pagar, que concurra a las instituciones fiscales o públicas.

¿Qué pasaría con más de 1’200.000 estudiantes y las 1.400 instituciones particulares, sin contar las universidades e institutos superiores? ¿El Estado tiene capacidad para satisfacer la demanda cuando cierren? ¿Qué harán más de 83.000 profesores particulares y 20.00 empleados administrativos y estos con sus respectivos hijos y familias? ¿Ellos sí, que se queden sin empleo o que se les rebaje el sueldo?

Cuidado colapsan el sistema educativo por satisfacer a unos cuantos politiqueros que, disfrazando su accionar demagógico en la defensa del padre de familia, quieren usar la educación como un nicho de réditos electorales. Cuidado.