Roberto Passailaigue: Futuro democrático
El nuevo presidente debería generar un gran acuerdo de reunificación nacional en torno a principios básicos e inmutables
La democracia es una forma de gobierno basada en la voluntad del pueblo, igualdad y autonomía individual, donde los ciudadanos tienen participación en las decisiones de las autoridades y pueden pedir rendición de cuentas a los elegidos.
La democracia directa es la participación ciudadana en la toma inmediata de las decisiones, ya sea de gobierno central o local, en temas de administración pública o en cualquier materia permitida. La democracia es participativa cuando se reconoce el derecho de la participación individual o colectiva de las personas que habitan en un Estado, en sus diversas modalidades, ámbitos e instrumentos.
Democracia representativa es el tipo de democracia por la que el poder político procede del pueblo por medio de sus representantes. El pueblo es el titular de la soberanía, pero la ejerce a través de representantes electos periódicamente a través de una votación universal en la que participan todos los ciudadanos y una vez elegidos los representantes, son estos los que ejercen la democracia en presentación de los mandantes, quienes ya no actúan de manera directa. Este es el tipo de democracia que se ejerce en Ecuador.
En febrero de 2025 se elegirán democráticamente a las nuevas autoridades y quienes resulten electos recibirán un país sumido en el más completo caos, ingobernabilidad, delincuencia, crisis financiera, judicial, moral, ética, de valores y principios, con una corrupción rampante en todas las instituciones del Estado e instituciones públicas y privadas, calificado internacionalmente como narcoestado.
El nuevo presidente debería generar un gran acuerdo de reunificación nacional en torno a principios básicos e inmutables, como el bienestar común, gobernabilidad, respeto, orden y seguridad ciudadana, social y jurídica. Para esto le corresponderá dialogar, consensuar y llegar a acuerdos con todos los sectores, incluyendo a los que no votaron por él, sin que aquello signifique repartos, toma y daca, pagos, preventas o cualquier forma de ilegalidad o corrupción. Todo transparente y dentro del marco ético, moral y legal.