Que las FARC estaban bajo autorización de Correa en territorio ecuatoriano, dijo Francisco Santos, e vicepresidente de Colombia en Ecuavisa. Luego añadió algo que aún suena surrealista: que si le advertían del bombardeo, él les avisaba antes.

Permitir el ingreso al país de una facción guerrillera bajo la protección presidencial, es inaudito. Cuando se producen enfrentamientos con las FF. AA., los guerrilleros enemigos matan a nuestros soldados. De ahí que lo narrado caiga en el ámbito tipificado por el COIP, art. 353. “Traición a la Patria. Será sancionada con pena privativa de libertad de siete a diez años… la persona que realice alguno de los siguientes actos: 2. Facilitar a las fuerzas del enemigo el ingreso al territorio nacional”. Semejante atrocidad excede cualquier límite. La historia nacional es prolífica al ilustrar el saqueo de las arcas públicas: siempre hemos tenido rateros. Pero no traidores.

En cualquier país normal semejantes hechos hubieran acarreado descomunales consecuencias. Fiscalía hubiera iniciado una investigación pidiendo la declaración del vicepresidente de Colombia. Y -claro- de quienes patrullaban la selva y en numerosas ocasiones llegaron a los campamentos ya abandonados, luego de que se advirtiera a los guerrilleros del ataque. Aquí no pasa nada. Ni la bella durmiente iniciará una investigación, ni los padrastros de la patria harán el show de crear otra comisión de la verdad. La impunidad del prófugo belga en sus muchas fechorías se ha convertido en la nueva institución nacional. ¿On tas Lenín?

Por consiguiente, fue un acierto haber propuesto la consulta sobre la extradición. Es la justicia norteamericana la que nos va a salvar si F. Villavicencio remitió a la Fiscalía de EE. UU. los documentos presentados por CAPAYA en la Asamblea, con la amenaza de Correa de cesarlo en su cargo si no firmaba la facilidad petrolera por $ 10 mil millones que le exigía. Esa es la prueba de su autoría en las ventas fraudulentas de petróleo en el juicio que se sigue contra Nielsen Arias.

Y luego de que Alex Saab cante, el magnate belga podría ser… el primer extraditable.