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Reparación integral y deuda

Avatar del Roberto López

La reparación integral nace del art. 63.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, tratado internacional que es piedra angular del Sistema Interamericano de Justicia. “Y la jurisprudencia de la Corte Interamericana al respecto constituye uno de los avances más importantes en el desarrollo internacional de la reparación integral” (Calderón G., 2013).

Es claro que estamos ante una institución de Derecho Internacional y no ante el clásico concepto de deuda del Derecho Civil; por lo cual, que no exista prisión por deudas no viene al caso. La reparación integral luego se constitucionaliza en el Ecuador al incorporarse al art. 78 de la actual Constitución. No es una institución infraconstitucional, sino de rango Constitucional. Y después el legislador la incorpora a nuestro Derecho Penal, alejándola aún más del concepto de deuda propio del Derecho Civil, al insertar un título completo en el COIP con definición propia y mecanismos para hacerla efectiva: “Art. 77.- Reparación integral de los daños.- La reparación integral radicará en la solución que objetiva y simbólicamente restituya, en la medida de lo posible, al estado anterior de la comisión del hecho y satisfaga a la víctima, cesando los efectos de las infracciones perpetradas. Su naturaleza y monto dependen de las características del delito, bien jurídico afectado y el daño ocasionado”. Sin ser ningún ‘pop star’ del Derecho, Ud. ya tiene claro que cuando hablamos de reparación integral hablamos de algo totalmente distinto a una deuda. Y que la no prisión por deudas está como pijama en luna de miel en este tema. Además -y esta es la clave del asunto- el COIP incluye entre los requisitos de la sentencia: “6. La condena a reparar integralmente los daños ocasionados por la infracción”. Es decir que la reparación integral es parte de la condena.

Vidrio y sobrino fueron condenados a restituir $ 33 millones al Estado. No es posible liberarlos porque no han cumplido su condena. No pueden salir sin cumplirla.

Si salen y escapan, perderemos todo rezago de la poca confianza que aún nos queda.