Roberto López Moreno: Bases militares extranjeras

Hay una declaración de conflicto armado interno que parte de la realidad de hoy y no de mentiras de un pasado ya superado
La Constitución declara que Ecuador es territorio de paz. Y -a partir de ello- prohíbe la instalación de bases militares extranjeras. Ridículo. Es un sofisma: induce a pensar que lo militar es incompatible con la supuesta paz que proclama la Constitución como la vocación de nuestro territorio.
Y que su existencia es incompatible con un elemento militar que va aparejado a la guerra. Se trata de otra manipulación conceptual del hoy correoso correísmo: hasta un niño sabe que para mantener la paz el poder bélico del Estado resulta indispensable. Y que esta requiere de una presencia militar incrementada que supere la noción de lo ‘nacional’.
Lograr una presencia bélica de altísima sofisticación y contundencia es la única forma de garantizar la paz. O, ¿cómo combatimos un crimen transnacional que dispone del elemento más poderoso del planeta para desestabilizar las modernas democracias: el dinero del narcotráfico? A quitarnos la venda de los ojos.
¡Estamos en guerra! Hay una declaración de conflicto armado interno que parte de la realidad de hoy y no de mentiras de un pasado ya superado por las circunstancias. El territorio de paz -auténtico cuando la RC llegó al Gobierno- fue convertido por ellos mismos en una masacre cotidiana en la que nos asesinan a diario bandas criminales.
¿O ya olvidaron que gracias a la apertura de fronteras producto de su perversa ‘ciudadanía universal’ ingresaron carteles mexicanos de la droga y grupos paramilitares armados como el Tren de Aragua’, al ahora inexistente ‘territorio de paz’?
La paz era real cuando con ‘infinito amor’ aprobaron su Constitución para 300 años. Pero ustedes mismos ‘revolucionarios’, convirtieron el territorio de paz en uno de guerra. Por eso el 17 de octubre de 2024 el presidente remitió a la Asamblea el proyecto de reforma parcial a la Constitución contenido en el Decreto Ejecutivo No. 425, que busca la reforma del art. 5 de la Constitución con el fin de eliminar esa prohibición.
El proyecto durmió siete meses en la Comisión Ocasional creada para el efecto, gracias a románticas evocaciones de una paz que ya no existe, formuladas precisamente por quienes nos hicieron esto. Pero acaba de ser aprobado en la Comisión, pues el país demanda un poderío bélico que rebase el concepto de lo nacional. La próxima semana explico por qué no afecta el concepto de soberanía.