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Roberto López: Se busca estadista

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La próxima Asamblea será igual o peor que las anteriores si no los excluimos

La II Guerra Mundial se diferenció de todas las anteriores: no solo afectó a soldados defendiendo posiciones bélicas, sino que añadió la eliminación de seres humanos considerados enemigos del pueblo alemán y de su raza, usando el poder público para el exterminio masivo racial. Guardando las distancias con el Holocausto, acá nos pasó algo similar: la guerra contra el crimen transnacional ha producido como daño colateral la pérdida de miles de vidas en manos del sicariato y la delincuencia común. Y la destruida existencia de niños y adolescentes que cayeron en las garras del vicio de la droga. Y de sus familias.

¿Qué hizo el pueblo alemán para excluir de su vida política a quienes les ocasionaron semejante daño? La respuesta está en la Constitución. Su art. 139, valida las normas previas dictadas para la “liberación del pueblo alemán del nacionalsocialismo y el militarismo”.

¿Qué hizo el Ecuador para erradicar la corrupción, bajo cuyo paraguas se cobija esta repugnante vinculación de su clase política con el crimen organizado? Exactamente lo mismo, solo que nadie se dio cuenta: gracias a la consulta de Lenín, primera pregunta, el 73,71 % del pueblo se pronunció por la exclusión de toda persona corrupta (naturales y jurídicas) de nuestra vida política. Y así lo estableció la ley (COIP, art. 49).

¿Es obligatorio el resultado de una consulta? Se me hace que sí. La Constitución dice -art. 106- que “El pronunciamiento popular será de obligatorio e inmediato cumplimiento”. ¿’Vox populi, vox Dei’, no? Pero, ¿se aplicó? No. Se limpiaron el Arco del Triunfo con la voluntad popular. ¿Se puede hacer algo? Claro. El remedio está en la Constitución: “Art. 93.- La acción por incumplimiento tendrá por objeto garantizar la aplicación de las normas que integran el sistema jurídico…”. ¿Por qué debemos aplicarla? Porque el problema del Ecuador no es ‘votar bien’, sino que no hay por quién votar, pues los partidos son los dueños de las postulaciones. Y nos ponen esos adefesios de candidatos. La próxima Asamblea será igual o peor que las anteriores si no los excluimos.

Se busca estadista que lo haga.