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Roberto Aguilar | Rovira enmudece y lo dice todo

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Zaida Rovira se presentó en Ecuavisa, torpe y balbuceante, dizque para explicar las siete preguntas de la consulta popular

Apareció la ministra de Gobierno, Zaida Rovira, balbuceando torpemente en Ecuavisa.

(Nota al margen: salió José Hernández de la dirección de noticieros de ese canal y al día siguiente volvieron los ministros a sus noticieros como moscas a la miel, conducta entomológica similar a la de los bichos correístas y muy reveladora con respecto a la verdadera política de medios del gobierno. Pero “esa es otra historia y será contada en otra ocasión”, como dice Michael Ende en ‘La historia interminable’).

El caso, por el momento, es que Zaida Rovira se presentó en Ecuavisa, torpe y balbuceante, dizque para explicar las siete preguntas de la consulta popular.

No habían pasado 48 horas desde la vergonzosa, bochornosa, intolerable cadena de televisión en la que Rovira salió junto al presidente de la Asamblea, rodeados los dos por un grupo de gorilas armados y enmascarados, para intimidar a los jueces de la Corte Constitucional y meternos miedo a todos, para decirnos que si no estamos con ellos, somos el enemigo. Como en cualquier dictadura de tres al cuarto. Como haría Diosdado Cabello en circunstancias parecidas. Como los fachos.

Problema: al estudio de Ecuavisa no puede acudir Zaida Rovira con sus gorilas.

Y resulta que, sin sus gorilas, Zaida Rovira es Doña Nadie: daba pena verla, tratando de salir del paso para explicar (mejor dicho: para no tener que hacerlo) los verdaderos alcances de una consulta popular de la que lo ignora todo. ¿De dónde diantres saca esta gente Daniel Noboa?

No pudo evitar (se habría necesitado un político brillante para lograrlo, es decir, un ministro de Gobierno de verdad, y ella es de lo más pedestre que ha ocupado esa cartera) que a la tal consulta de Daniel Noboa se le vieran todas las costuras.

Para empezar, quedó clarísimo que los anexos a las preguntas no están ni remotamente elaborados.

Y si los anexos de las preguntas no están elaborados es claro que las preguntas mismas fueron lanzadas al apuro, sin una idea clara de lo que se busca con ellas.

Quedó claro, por ejemplo, que no existe ningún proyecto de reforma política tras la propuesta de eliminación del Consejo de Participación Ciudadana: nomás una oportunista instrumentalización de una demanda de la que el gobierno podría sacar algún rédito electoral. O que, tras la idea de suprimir la entrega de recursos estatales a las organizaciones políticas, no hay la menor intención de plantar las bases para la construcción de un sistema de partidos funcional, que garantice organizaciones políticas con fundamentos ideológicos y militancias auténticas y activas. Ni se les ocurre.

Lo único claro de esta consulta (aparte del asunto de las bases extranjeras, que se venía pensando desde hacía meses) es la intención del gobierno de Noboa de neutralizar al único organismo que no ha podido comprar: la Corte Constitucional.

Someterla al control político de aquellos sobre quienes ejerce control constitucional es una estupidez tan refinada que habrá que analizarla con lujo de detalles. Por ahora, basta con saber que la consulta es un completo fiasco.