Exigir justicia
Será necesario también seguir acciones penales contra funcionarios cómplices y responsables de este asalto al pueblo, no podemos permitir que la renuncia garantice impunidad.
Decía Platón que el hombre puede reconocer lo que es justo y acceder a la idea de justicia por reflexión, experiencia y razón. Un estado puede ser justo cuando está dirigido por personas sabias, pues la justicia se percibe con el entendimiento y no con los sentidos.
En los últimos meses hemos visto una seguidilla de escándalos ocasionados por la irrefrenable ambición de enriquecimiento ilícito de grupos mafiosos que con participación de funcionarios de instituciones hospitalarias, institutos de seguridad social, ministerios, alcaldías, prefecturas, etc. han fraguado un descarado perjuicio en nuestro empobrecido sistema sanitario, que al haber ocasionado dolor y muerte, no puede ser calificado con un término menor que el de criminal. Diferentes organizaciones han expresado que esto ocurre desde hace años y que lo han denunciado a Contraloría y a Fiscalía sin resultado alguno. Sin embargo, hay una aparente reacción para la iniciación de investigaciones a estos delitos, que ojalá acabe con la impunidad, madre de toda corrupción.
Recomiendo que se inicie un rastreo de los últimos tres años (para comenzar) de concursos de compras de insumos, medicamentos e instrumentación médica realizados en diferentes hospitales del país, estableciendo cuáles han sido los montos de sobreprecio, identificando grupos delictivos por sus accionistas y administradores comunes, mismos domicilios de compañías y la ruta del dinero robado, mediante seguimientos a cuentas bancarias aquí o en el extranjero, para la determinación final de los verdaderos asaltantes. Será necesario también seguir acciones penales contra funcionarios cómplices y responsables de este asalto al pueblo, no podemos permitir que la renuncia garantice impunidad.
El mayor enunciado de Justicia es el del jurista romano Domitius Ulpianus: dar a cada quien lo que le corresponde. No debemos descansar como sociedad, sino tener una reacción ciudadana y exigir que estos delincuentes que han lucrado a costa del dolor y muerte de nuestros hermanos, terminen en la cárcel, que es el sitio que les corresponde.