Elección intermedia

Esta elección intermedia tenía ventajas y desventajas correlativas
Desde la reforma constitucional de 1983 hasta la entrada en vigencia de la Constitución de 1998, los diputados provinciales tenían un período de dos años, mientras que los diputados nacionales duraban cuatro. Así, el período presidencial iniciaba con una conformación parlamentaria y, luego de dos años, se renovaba parcialmente al Congreso, como actualmente ocurre en Estados Unidos y México. Esta elección intermedia tenía ventajas y desventajas correlativas: 1º Permitía una representación transparentada, pues servía para que la ciudadanía confirme o retire el apoyo a determinadas organizaciones políticas, conforme su desempeño congresal y, también, en el Gobierno, restándole parlamentarios al oficialismo o aumentándolo, lo que afectaba el balance inicial. 2º Con el sistema de reelección actual, la elección intermedia sería un mecanismo de ‘premio democrático’ a legisladores destacados, sean del oficialismo o de la oposición, y de la eliminación de los inútiles que siempre hay en estos entes. 3º La experiencia generalizada, desde la elección intermedia de 1986, fue que el oficialismo veía mermado su apoyo parlamentario, toda vez que la oposición aumentaba el número de diputados en desmedro de quienes apoyaban al régimen. Eso trababa los proyectos del oficialismo que, por ello, optó por acudir a la consulta popular para solventar ciertos temas estimados trascendentes. 4º La disminución del apoyo parlamentario al Gobierno fue, en mucho, consecuencia de las condiciones imperantes en la época, muy difíciles especialmente en materia económica, lo que generaba este ‘castigo’ al régimen de turno. De hecho, la mengua en el apoyo parlamentario se producía antes de la elección, por la ruptura de las alianzas en el Congreso, cuando no por el trasfuguismo.
La eliminación de la elección intermedia provocó un fenómeno distinto: al no tener mecanismos democráticos para sancionar políticamente al régimen se produjo la salida abrupta de los presidentes a través de decisiones de dudosa constitucionalidad. Por ello, a mi juicio, las ventajas de la renovación parcial de la Asamblea a través de la elección intermedia son mayores frente a procesos que, siendo democráticos, resultan complejos, como es el caso de una revocatoria de mandato o la ‘muerte cruzada’ y sus improvisadas elecciones, como la que se viene.