Corte o Sala Constitucional

Este candidato omite que el sistema de Corte Constitucional que critica fue construido por los personeros del movimiento político que le auspicia
Un candidato a la presidencia ha dicho que la Corte Constitucional debe desaparecer y convertirse en una sala de la Corte Nacional de Justicia, porque habría impedido que el presidente renunciante “gobierne por decreto”. Esa indicación demuestra un clamoroso desconocimiento del sistema constitucional: la disolución parlamentaria no permite gobernar por decreto, ni mucho menos, sino, solo y exclusivamente en los casos de urgencia económica, emitir decretos-leyes que deben ser controlados preventivamente por la Corte Constitucional. También demostró ignorar que en nuestro país hubo Sala Constitucional en la Corte Suprema de Justicia por la reforma de 1992. Tampoco sabe que el sistema fue tan malo que esa sala desapareció en 1994 para, dos años después, crearse el Tribunal Constitucional.
Proponer la reforma del sistema solo porque un fallo no ha gustado es demostrativo del desprecio que de las normas tienen los políticos y, además, de no saber que ese mero cambio no pasa de ser cosmético, porque pasar de corte a sala no evita que se produzcan casos de arbitrariedad, activismo político e ignorancia. ¿Acaso la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela es ejemplo de algo distinto que no sea la sumisión al poder chavista? Lo que pretende el candidato, entonces, no es distinto a lo que hizo Rafael Correa en su tiempo: que cambiar el Tribunal Constitucional por la Corte Constitucional era “un cambio ineludible”, como que la variación del nombre no significara solo eso.
Si la Corte pasa a ser una sala, con el sistema actual sus integrantes serían designados por el Consejo de la Judicatura y no por una comisión calificadora, también por concurso y manteniéndose los requisitos de acceso, los nueve años de período y las renovaciones parciales cada tres años. ¿Propone cambiar ese método de designación? Nada novedoso, porque hemos tenido todos: miembros natos, designaciones directas, nombramiento por ternas, cooptación, etc. Solo nos falta la elección popular (pregunte cómo les va en Bolivia con ese invento).
Este candidato omite que el sistema de Corte Constitucional que critica fue construido por los personeros del movimiento político que le auspicia, pese a su ruptura con el correísmo. Al desconocimiento se suma la falta de sindéresis. Mejor diga: como Correa, yo también quiero mi Corte (sala) de bolsillo (otra cervecera).