Paúl Palacios: ¿Quién paga los aranceles?

Las medidas arancelarias que tome un Estado pueden ampliarse a otros campos de las relaciones comerciales
Por razones fiscales, proteccionismo a la producción local o retaliación comercial, la política arancelaria fue siempre un arma a disposición de los Estados. Aunque en el fondo siempre es una medida que busca cambiar la relación económica entre los países, en este caso nos parece que es parte de la nueva relación de política global de Estados Unidos.
El punto es: ¿quién paga los nuevos aranceles? A primera vista suena a que siempre los aranceles los pagan los importadores, y consecuentemente el consumidor final. La respuesta no es tan simple. Al final depende de la elasticidad precio de la demanda. ¿Qué significa esto? Esta medida económica indica “cuánto varía la cantidad demandada de un producto ante un cambio en su precio”. En otras palabras, si el producto es muy esencial, la demanda muy amplia y la oferta escasa, quien lo vende puede darse el lujo de decir “este es mi precio y si quieres lo compras, y si no, se lo vendo a otro”. Es decir, cuando eso ocurre, el arancel lo paga el importador, y seguramente se lo trasladará al comprador o usuario final. En ese caso se produce un incremento de precios en la economía que importa (vinculado directamente con el arancel).
En otros casos, cuando los productos tienen mucha competencia (oferta) de otros países, son fácilmente substituibles (por ejemplo una fruta) o no son esenciales, el exportador debe reducir su precio para que sumado al arancel no se altere el costo final del importador, y por tanto quien termina asumiendo el valor del arancel es el exportador, y naturalmente pasándoselo al productor. Lo anterior, obviamente abstrayéndonos de los contratos y otros acuerdos que vinculan a las partes, así como convenios comerciales entre países.
Intuitivamente creo que habrá algún impacto en los precios locales en Estados Unidos, una desaceleración en la economía mundial, y un nuevo orden en las relaciones políticas. Pero cuidado, dentro de las prácticas reciprocidad o retaliación, hay muchos otros mecanismos no solo a bienes tangibles, sino a turismo, servicios y flujos de capital. Esto pudiera escalar a otras áreas de las economías.